**Carlos**
¿Para qué habré seguido el consejo de Rodrigo?, ¡Si no sabe ligar!, en fin, que acababa de quedar como un completo idiota delante de esa chica tan guapa... un momento... ¡UN MOMENTO!, pelo castaño ondulado... ojos verdes... no muy alta..., oh, dios, era... era..., no, no creo. No había vuelto desde que tenía ocho años y no lo iba hacer ahora... ¿o si?. De pronto la chica se giró y me pilló mirándola, aparté rápidamente la vista, avergonzado, perfecto, pensaría que soy un lunático.
**Sofía**
No dejaba de mirarme, ni que fuera un lunático, pero la verdad es que era mono, me sonaba..., ¿no sería?, no, imposible, pero... quizás...
Me puse las gafas de sol, para que no se diera cuenta de que lo miraba, y, efectivamente pensaba que estaba escuchando música con los ojos cerrados y me volvió a hacer un examen con la mirada, me senté mirando al mar, que pensara lo que quisiera.
**Carlos**
Miré a la chica, tenía un año menos que yo seguro, se le notaba bien. Pero eso me daba igual. La miré, estaba pensando en acercarme a ella para empezar de nuevo cuando de pronto, un chico se acercó a ella por detrás, le tapó los ojos y la abrazó. Ella se dio la vuelta y soltó un grito de alegría y lo abrazó, vale, lo más probable es que fuera su novio, ya no iba a ser mi novia... me estaba volviendo paranoico, sería mejor que me fuera a hacer surf, esto era demasiado. Cogí mi tabla, le eché un último vistazo y me lancé al agua, las olas eran perfectas, me metí bajo ellas y salí al exterior, me apoyé en la tabla y cogí oxígeno. Miré la orilla, genial, la parejita se acercaba jugando, él le hacía cosquillas y no sé que más estupideces. Me senté sobre la tabla e intenté no mirarlos, me fui hacia más adentro, y me tumbé sobre la tabla, les eché un vistazo y vi que de pronto, ella se sumergía y comenzaba a mover mucho los brazos. Se ahogaba. Me lancé con mi tabla hacia ella, lo más rápido que pude, y conseguí llegar antes que su "novio", la tiré de la mano y la subí a la tabla y nadé un poco hacia la orilla. Tenía los ojos cerrados.
-¿Me oyes, estás bien?-Pregunté preocupado. De pronto, arrugó el ceño y abrió los ojos, suspiré aliviado.
-¿Pero a ti que te pasa?-Me preguntó, algo que me dejó totalmente desconcertado.
-N-nada, t-te ahogabas.-Dije sin entender nada.
-¡No! Sólo estábamos jugando.-Dijo mientras su "novio" se acercaba nadando hacia nosotros.
-Lo siento, yo... pensé... es que... yo... perdonar... yo...
-Déjalo-Dijo bufando, se bajó de mi tabla y nadó hasta su "novio" que le preguntó algo, me miró y se rió, después salieron del agua, y se fueron. Que bien habíamos empezado, ya no quedaba mucha gente en la playa y me fui a casa, estaba cansado, y malhumorado, después del numerito que acababa de montar, y de descubrir que ella tenía novio y, que efectivamente, era Sofía.